Somos la eterna víctima imposible, que llora en silencio

Cuatro poemas de Nasser Rabah

Nasser Cana Camusso

“No sólo se trata del poeta más importante que escribe en Gaza hoy, sino que es el gran poeta palestino de esta época. Y puedo jugarme a afirmar que la poesía de Nasser es la más relevante en la literatura en lengua árabe contemporánea.”  Así se refiere David Wapner con respecto a Nasser Rabah, en su prefacio al libro Un Sexto Dedo en Cada Mano del poeta gazatí.

Nasser Rabah, nació en 1963, en uno de los campos de refugiados de Gaza, en la Palestina ocupada por el Sionismo israelí, es poeta y novelista, y su obra se ha publicado en lengua inglesa, francesa y española en diferentes países.

Los poemas que aquí presentamos pertenecen al libro antes mencionado Un Sexto Dedo en Cada Mano, traducido al español y publicado por el poeta y músico judío-argentino David Wapner, y puesto para descarga libre por Op. Cit. Recientemente el libro fue publicado en edición cartonera por once editoriales de diferentes países las cuales constituyen la Multinacional Cartonera, añadiendo a la edición ocho poemas más, a los publicados originalmente. Poemas que golpean, o debieran hacerlo como ráfagas de realidad, en la conciencia de una sociedad global que ha llegado varios miles de muertes tarde, a intentar detener una de las peores barbaries que como humanidad hemos vivido.

Matías Trillo

EN EL HOSPITAL

En el hospital, los cardiólogos te vieron

y apuntando con el dedo dijeron:

“Testificamos, esto es un río”

En el hospital los médicos dijeron:

“¡Mierda, ¿cómo muere el agua herida?!

Y señalaron a Alá

UNA POR UNA

Una por una

las sillas abandonan el café, y una bandada de nuestros niños atraviesa el cielo, despacito el tiempo se sacude su manto de risa, su risa que fue perdiendo los dientes uno a uno, y ya no le importa.

i unaporuna n rabah piper tu

AHORA QUE TERMINÓ LA GUERRA

Ahora que terminó la guerra,

el cuerpo que perdí,

mi cabeza, mis dedos, mis brazos,

vuelve a estar disponible,

como si acabara de regresar a su lugar.

Ahora que terminó la guerra,

miro al cielo,

y extraño los pájaros y nubes.

Nada de aviones.

Ahora que terminó la guerra,

la escoba barre polvo, trozos de vidrio,

tornillos de puertas rotas.

Barre las piedras derrumbadas de las paredes,

fragmentos de tazas de té doradas,

el marco de fotos familiares.

Juguetes para niños, platos playos,

lo acumulo todo aquí en mi corazón.

Ahora que terminó la guerra,

mi madre viene a disculparse,

dice: ya no hay lugar para recibirles.

El cementerio se llenó, por fin.

Ahora que terminó la guerra,

pongo mis manos sobre mi cabeza y corro,

no hay sol ni lluvia, no hay prisa.

Me acostumbré a proteger mi cabeza.

Ahora que terminó la guerra,

me hago de mucho, mucho pan,

un pan para cada amigo.

Y voy al cementerio.

Ahora que terminó la guerra,

pienso en dormir.

Mis amigos viajeros

regresan todos

para pasar la noche juntos.

En soledad, bebo té.

Ahora que terminó la guerra,

apago el teléfono y duermo.

Otra guerra comienza en pesadillas.

i ahoraquetermino n rabah mariana chiesa

CÓMO PUDIERON

¡Cómo pudieron vivir sin electricidad! ¡Cómo soportaron los tanques pasando sobre sus cuerpos, los bombardeos desde aviones y el derrumbe de edificios sobre sus cabezas! ¡Cómo pudieron atravesar la guerra, la sed, el hambre y la muerte! ¿Cómo soportaron el desplazamiento y la estancia en tiendas de campaña, el invierno y el verano? ¿Cómo cocinaron todo con leña, e incluso hicieron dulces y pasteles para que los niños aprendieran a venderlos, no a comérselos? ¿Un par de zapatos y un sólo vestido? ¿Cómo caminaron por calles cuya tierra estaba embarrada con aguas residuales y no les daba asco! ¡Cómo iban en carros tirados por burros y no se quejaban, cómo los conductores mezclaban diésel con aceite para ahorrar combustible! ¡Cómo fue que regresaron a sus hogares destruidos, los rodearon de nailon y vivieron en ellos! ¡Cómo enterraron a los niños, dieron a luz a niños y continuaron con sus vidas! ¡Cómo no fueron derrotados! ¡Cómo no se rompieron! ¡Cómo entonces agradecieron a Dios por el desastre!

Como pudieron Isol e1761029808858

La edición cartonera del libro Un Sexto Dedo en Cada Mano de Nasser Rabah, lo puedes conseguir en La Rueda, Mezquitán 120, Centro, 44100 Guadalajara, Jal.