
Germán Hernández
Como muchos otros de nuestros camaradas contemporáneos, yo conocí a José Luis a mediados de los 90s, en alguna de las reuniones que teníamos.
Él era estudiante de economía y tenía un discurso incendiario, provocador. Esa actitud lo llevó a dejar de participar en las asambleas de la Coordinadora Estudiantil, aquella agrupación de estudiantes de diversas facultades de la Universidad de Guadalajara que decidieron organizarse en respuesta a la imposición de aranceles en la matricula universitaria. José Luis pretendia algo que en su momento nos pareció radical: XXXXXX. No lo entendimos y el optó por irse. Personalmente, no sería la última vez que lo vería.
Trovador urbano, del genero rupestre, al Chila José Luis se le vió en diversas ocasiones participando en el microfono abierto del tianguis cultural, o en el evento de La otra campaña, cuando la visita del Sup a la ciudad. Su afición por el canto, lo llevaria a editar un disco en 2002, Dinosaurios de metal. A saber si todavia estuviera disponible.
Sería sin embargo hasta mayo de 2004 cuando coincidiriamos en otra coyuntura que nos acercaria a interactuar mejor y a prolongar la amistad hasta el dia de su muerte. Era el momento de los diferentes eventos que se hicieron para recabar fondos para los compas ques estuvieron presos en la manifestación del 28 de mayo y José Luis fue un activo participante en esos eventos, tanto en la organización como en la presentación de sus canciones.
Para entonces, el Chila estaba activamente escribiendo y publicando algunos ensayos y análisis en materia de economia, preparando ponencias y presentando en el radio interesantes charlas sobre este tema en compañía de otros economistas. El programa era Propsectiva Económica y el lugar, MLMedios el cual se constituiria como un espacio de difusión para muchos grupos de personas que intentaban darle voz a sus ideas, desde los maestros disidentes hasta los analisis marxistas de la coyuntura actual que en materia de economia hacía el Chila y sus invitados. El dominio del tema y su incansable labor de analsis lo llevaron a publicar su libro: Colapso en Estados Unidos. El derrumbe global del capital y cuyo origen fue su tesis de titulación como economista..
Por la época, ya también había retomado la docencia de la actividad que amaba: el judo. Numerosos estudiantes, adultos e infantes, pasaron por su dojo con excelentes resultados. El, personalmente, nunca dejó de practicarlo y de cosechar triunfos. Su determinación a triunfar era inspiradora. Oriundo de la colonia del fresno, uno de sus últimos proyectos fue la realización de una revista que tuviera eco en el barrio, que invitara a la reflexión, a moverse por el barrio. Fuimos varios los convocados. Realizamos algunas reuniones de coordinación, propuestas de temas, de secciones. Se discutió donde y como se podría imprimir y distribuir. Las platicas quedaron en la mesa. La siguiente convocatoria para la nueva reunión tardó tanto en llegar que en marzo de este año la muerte llegó silenciosa y taciturna a reclamar su existencia. José Luis se iría sorpresivamente de este mundo, dejándonos sorprendidos, dolidos, entristecidos, pero también con el gusto de haber convivido con él, con el José Luis, el Chila, el economista marxista y zapatista.