
Nick Sordo
Mi tío Manuel tuvo un estudio de grabación en Ciudad Satélite en el Distrito Federal. Desde finales de los setenta hasta ya mediados de los noventa, trabajó sobre todo con comediantes (como lo era él mismo) y también con algunos cantantes de baladas y grupos pop.
Fue haciéndose de cierto nombre pues era bueno en su labor y, además siempre estaba de buen humor. Pero poco a poco el tiempo le fue ganando; comenzaron a instalarse en la ciudad estudios más equipados y él estaba más viejo, más cansado cada vez.
Yo lo visité un par de veces; la primera a finales de los ochenta, cuando conocí ahí, a un cantante popero español del que he olvidado el nombre. La otra sería como en el noventa y cuatro, ya con el estudio en franca decadencia. Deterioro, poco trabajo y mi tío contratando personal con la esperanza de dar unos cuantos pasos más. Varios de esos empleados –me contaría mi tía, ya viuda, meses antes de morir- sólo se aprovecharon de la situación, robando lo que podían, faltando a trabajar, o pidiendo dinero por adelantado para nunca pagar.
El caso es que me recuerdo revisando las empolvadas cintas, buscando algo que llamara mi atención. Atrapada entre grabaciones de Enrique Guzmán y de Dulce, encontré una rotulada como “El Mero Mero” o algo así (la letra de mi tío no era muy legible). Con ayuda del empleado en turno coloqué la cinta en un reproductor para escucharla con audífonos, y lo que oí me dejó completamente desconcertado. Esperaba alguna baladita o una sesión de chistes, pero eso era otra cosa: guitarras duras y vibrantes, baterías a veces suaves, otras más violentas; instrumentos que, apenas entraban y luego volvían sin aparente control. Todo en un caos muy atrayente, como a punto de estallar, con unas estructuras que ahora reconozco más cercanas al rock psicodélico (sin lo pretencioso), o al garaje. Y encima de ese ruido una voz que no cantaba, sino apenas recitaba de forma envolvente, hipnótica, acerca de experiencias de calle, cosas del día a día. Una voz masculina no afinada pero que no cansaba, un poco como lo hace Tricky en inglés, pero de forma amateur.
Después de escuchar las cuatro canciones varias veces, corrí con mi tío para despejar las dudas: quien cantaba, cuando se grabó, si se había publicado…
Primero se rio ante mi insistencia y luego me contó que, no era “El Mero Mero”, sino El Maromero Páez quien cantaba. Según me dijo, El Maromero le contó que durante el tiempo en que grabó con Gloria Trevi la película esa “Zapatos Viejos”, fue metiéndosele en la cabeza la idea de grabar un disco, pero al visitar a las compañías discográficas y contarles sus ideas, ninguna mostró interés. Él decidió hacerlo por su cuenta y alguien le recomendó grabar con mi tío. Me contó también cómo, durante los días que duró la grabación llegaba con ideas de lo más extrañas, dando indicaciones aparentemente sin sentido a los músicos. Además, siempre llegaba unas cuatro horas antes de la cita y pedía permiso a mis tíos para quedarse en el jardín, moviéndose de un lado a otro y a ratos tirándose al suelo, quizá tratando de poner en orden sus ideas. Era respetuoso “pero algo bruto”, decía mi tía Emma.
El proceso quedó a la mitad. Se suponía que semanas después grabarían otras cuantas canciones, hasta completar un álbum y hacer una edición pequeña. Pero nunca pasó. El Maromero no volvió a pararse por allá, ni siquiera para pedir su master, que ya le había costado.
La verdad es que es una lástima, pues eran unas sesiones interesantes, por decir lo menos. No sé quiénes serían los músicos que contrató, pero se oían integrados y con interés en ese planteamiento arriesgado.
Quien sabe qué habría estado escuchando El Maromero por aquellos años para ocurrírsele todo aquello. Quizá un poco de jazz, hip hop, Funk, rock. O quizá nada de eso.
Ahora tampoco sé dónde quedó esa cinta. Cuando el estudio naufragó totalmente, muchas cosas fueron a dar a la basura. ¿Habrá alguien escuchado desde aquel entonces las grabaciones inéditas del Maromero? ¿Saldrán a la luz algún día?
Publicado originalmente en el fanzine “Se busca trabajo sencillo”