Xochiquetzalli Torres
Éste tomo de la colección de Literatura Penitenciaria implica un trabajo un tanto distinto, puesto que fue elaborado en la Comisaría de Sentenciados de Puente Grande, Jalisco (CRS), esto es, quienes han sido «encontrados» culpables por los representantes de la ley. Y en este punto algunos se preguntarán ¿Y que escribe alguien que ha sido declarado culpable por las instituciones Judiciales?
Lo que generalmente me preguntan las personas de a pie al saber la existencia de esta colección es, si acaso ¿Es su versión de la historia que los llevó a ese sitio? O tal vez ¿Sus vivencias, como ejemplo para que otros se cuiden y no caigan? Quizá algo mucho más retorcido, como ¿Qué fue lo que hicieron?
Aquí la literatura lleva al individuo más allá del morbo de la nota roja, de los discursos moralistas o de reinserción; su sentencia ha sido dictada y cumplen su condena, ¿Quién quiere vivir 24/7 de sus errores?
Cuando el ser humano acepta escribir, el aprendizaje deja de ser unidireccional y se vuelve intercambio; el placer de lo literario se hace compartido: el que escribe, el que edita, el que maqueta, el que lee…
Y qué encontrarás al sumergirte entre estas páginas ¿Tal vez una mezcla de anhelos, imaginación y recuerdos? ¿Tal vez algo que no esperabas?
¿Qué te parece si te vuelves parte de este compartir? Te dejo la invitación abierta a esta lectura, tan única e inesperada como sus antecesoras.
«Séptimo libro: Polvos en el viento»